Esta obra realizada en marzo de 2021 por el artista navarro Jorge Urdánoz, representa a la Sagrada Familia en una imagen natural y tierna, que busca representar los valores y virtudes que esta simboliza: Unión, tolerancia, comprensión, misericordia, dulzura y, sobre todo, amor.
La familia, como símbolo de comunión entre las personas, está representada en la relación afectiva que comparten entre sus miembros, enfatizada por los gestos y miradas de ternura y complicidad que se profesan entre ellos.
Jesús, como hijo de Dios, es reflejo de su obra creadora, teniendo a su vez la creación su máxima expresión en la maternidad representada por María.
José, por su parte, representa los valores de la familia y de la fe. Padre no biológico, pero padre igualmente de Jesús, nos muestra en esta obra su afecto incondicional hacia su hijo.
El entorno en el que se sitúan las figuras es neutro. Una habitación de un edificio humilde. No es significativamente importante el espacio, ya que en este caso el entorno es un marco para las figuras y el mensaje que ellas transmiten: el valor de la familia como una unión.
En el fondo de la estancia hay una serie de elementos alegóricos que enfatizan y contextualizan la obra. Por una parte, una sierra y los restos de la talla de madera dentro de un cesto de fibra vegetal, nos evoca la profesión y el origen humilde de José. En el otro lado de la obra, una mesa sostiene el pan ácimo y una jarra con vino (aunque este no se vea). Estos dos elementos relacionan a María con su hijo Jesús y, al mismo tiempo, vinculan al niño con el sacrificio que hará por la humanidad y que recordamos en la celebración de la eucaristía, representada por estos símbolos de salvación.
Las ropas que llevan tanto Jesús como María y José, están inspiradas en ropajes del siglo I a. C. de la zona de Judea.
Los rostros, aunque alineados con las representaciones tradicionales, muestran unos rasgos actuales que aportan contemporaneidad y naturalidad a esta obra de composición clásica.