27.- PÍLDORA PARA UNA ORACION HUMILDE Y SINCERA.
Beata Teresa de Calcuta:
“No creo que haya nadie que necesita tanto de la ayuda y gracia de Dios como yo.
A veces me siento impotente y débil.
Creo que por eso Dios me utiliza.
Puesto que no puedo fiarme de mis fuerzas, me fio de Él las veinticuatro horas del día. Y si el día tuviera más horas más necesitaría su ayuda y la gracia.
Todos debemos aferrarnos a Dios a través de la oración.
Mi secreto es muy sencillo: LA ORACIÓN.
Mediante la oración me uno en el amor con Cristo. Comprendo que orarle es amarlo…. La gente está hambrienta de la palabra de Dios para que les dé paz, unidad y alegría. Pero no se puede dar lo que no se tiene, por lo que es necesario intensificar la vida de oración.
Sé sincero en tus oraciones. La sinceridad es humildad y ésta solo se consigue aceptando las humillaciones.
Todo lo que se ha dicho y hemos leído sobre la humildad no es suficiente para enseñarnos la humildad.
La humildad solo se aprende aceptando las humillaciones, a las que nos enfrentamos durante toda la vida. Y la mayor de ellas es saber que uno no es nada.
Este conocimiento se adquiere cuando uno se enfrenta a Dios en la oración.
Por lo general, una profunda y ferviente mirada a Cristo es la mejor oración: yo le miro y Él me mira. Y en el momento en que te encuentras con Él cara a cara adviertes sin poderlo evitar que no eres nada, que no tienes nada”.